Charlas de Mamá Luna


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domingo, 10 de junio de 2012

Sobre Maternidad y Feminismo

Por María José, Socia número 22

Mi opinión es que el problema no es si la mujer tiene que cuidar de los niños o trabajar fuera de casa. El problema es que siempre se le ha venido diciendo a la mujer lo que tiene que hacer, y se intenta que no podamos decidir por nosotras mismas. Se fomenta nuestra inseguridad para que no hagamos caso de nuestras intuiciones individuales, y se recurre a médicos, sacerdotes, psicólogos, feministas, leyes, costumbres culturales o familiares... lo que sea para que no sea la propia mujer quien decida.
Es cierto que también hay hombres inseguros y que necesitan el respaldo de alguna autoridad, pero no por ser hombre, sino como individuo aislado. Con la mujer, se fomenta esto sólo por ser mujer. Sigue siendo una lacra de nosotras como colectivo.
Ahora parece que se mira mal a la mujer que opta por la crianza de sus hijos como "profesión" (no remunerada, claro). Porque lo que toca es ser "trabajadora" (como si criar a los hijos no fuese trabajo...). Y te miran como si fueses una retrógrada, o demasiado moderna, cosa que aún parece peor...
Yo elegí hacerlo. Siempre supe que cuando tuviera hijos querría estar con ellos el máximo tiempo posible. Es mi decisión. Es lo que quiero desde mi corazón y desde mi cabeza. Pero, no creo que sea lo que TODA MUJER DEBE HACER, porque las hay que no quieren, no lo sienten así. Cada una tiene que tener la oportunidad de elegir. Ese sería el ideal social, según mi punto de vista. Y para eso tiene que haber disponibilidad de recursos para cada opción: guarderías, jornadas reducidas y completas, madres de día, abuelos, escuelas alternativas (no sólo hasta los 6 años, deberíamos poder elegir la educación de nuestros hijos, o la nuestra propia, llegado el caso, siempre)... estudiar el modo de remunerar el trabajo "casero", que suele ser el que sustenta realmente al resto de la sociedad y nadie lo valora.

Otra lacra es que se considera que la mujer que se "queda en casa" a criar a los hijos, obligatoriamente tiene que encargarse de todo lo demás: limpiar, comprar, cocinar, etc... (aparte los consabidos: mantenerse todo lo estupenda que pueda, satisfacer al marido emocional y físicamente, hacer de consejera y paciente escuchante de todo el que se preciie...) Cuando la crianza, tal como yo la concibo, consume casi el total del tiempo de la persona involucrada en ella, incluso a veces el que debiera dedicarse a sí misma ¡para no enloquecer!
Me parece que este "mito" de la mujer que llega a todo es una clara muestra de la enorme infravaloración de la función de MADRE (no ama de casa), que todavía existe en nuestra sociedad (toda: occidente y oriente),una función que es muy satisfactoria y enriquecedora para la mujer, aunque muy dura, por sus implicaciones físicas, emocionales y, si me permitís, espirituales. Yo crezco cada día paralelamente al crecimiento de mi hija. Parece que este crecimiento de la mujer asusta al mundo, porque nos hace fuertes, poderosas (tenemos realmente la educación del mundo en nuestras manos), y desde hace muchos miles de años se ponen trabas de una u otra manera a nuestro trabajo, de la manera más fácil: creando inseguridad en nosostras mismas.
Una mujer insegura, siempre dependerá de otros (hombres, madres, amigas... no sólo los malos son ellos. Las peores zancadillas nos las ponemos unAS a otrAS.) UNA MUJER SEGURA DE SÍ MISMA SIEMPRE SERÁ LIBRE, aunque dependa económicamente de algún otro (marido, padres, Estado, empresa...) Los comentarios más desdeñosos, las miradas más críticas y los "consejos" no solicitados más dañinos me los han dado madres, suegras, amigas, vecinas...

Por encima de todo yo quiero seguir mi instinto de mujer salvaje (hago un guiño a quien conozca el libro "mujeres que corren con los lobos"), crecer individualmente de la manera en que mis tripas me digan, nadie más, y educar a mi hija para que haga lo mismo: seguir sus instintos de mujer salvaje y no dejarse influenciar por ideas ajenas. Eso implica ir contracorriente la mayor parte del tiempo (de momento, tal como son las cosas), y cansa. Pero, no me sale hacerlo de otro modo, me pongo como un león (leona) enjaulado. Y desgraciadamente no tenemos muchos modelos de los que tirar. Así que, no nos queda otra que escucharnos a nosotras mismas, individualmente. Y eso es lo que yo defiendo. QUE CADA UNA SE ESCUCHE A SÍ MISMA, A SUS ENTRAÑAS (que paren más cosas que a los hijos físicos, cada día, cada sgundo de nuestras vidas...) Y QUE SIGA HACIA DELANTE LE PESE A QUIEN LE PESE. Porque quien se ponga en medio es por miedo y/o envidia: hombres que no podrán ser como nosotras jamás (porque son hombres y tienen otras funciones, otra energía, otros modoos de crecer, pero no la MA-ternidad), o mujeres que se han dejado de lado a sí mismas_ dándose o no cuenta.

Por cierto, hablo de maternidad porque es nuestra función. En todo lo que hacemos ponemos nuestra energía materna, aunque no sea con los hijos físicos, sino con un trabajo cualquiera. Así que, que no se me ofendan las que no son (porque no quieren o no pueden) madres.


María José.



Y vosotros, ¿qué pensais?
Os dejo con un vídeo. Poco después de leer la opinión de María José, lo recibí de un blog al que estoy suscrita... Me dejó pensando. Tanto como el texto de nuestra amiga.
No dudes en dejarnos tu opinión al respecto. Tu comentario nos puede nutrir a muchas.



1 comentario:

  1. Hablé de esto con una amiga hace poco. Ella me comentaba que confundíamos feminismo con hembrismo. Creo que el hembrismo es a lo que se refieren en los medios, ya que esta forma de verlo iguala a hombres y mujeres con un mismo rasero.
    El feminismo es otra cosa. Es la capacidad de realizarse como mujer asumiendo y explotando todas las características que el género le dota.
    Dicho lo cual, creo que el feminismo es a lo que todas aspiramos. Lo malo es cuando nos lo enmascaran con hembrismo.
    Un abrazo,
    CLC

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