Charlas de Mamá Luna


Consultas de lactancia gratuitas en el correo lactanciaml@gmail.com y por teléfono en el 605796913 o en el 660748683 (si no lo cogemos, llama un poco más tarde o envíanos un correo con el número de teléfono fijo al que quieres que te llamemos).





viernes, 25 de octubre de 2013

In memóriam

Reescribo, de nuevo, estas líneas. A veces es difícil enfrentarse a la realidad, mirar cara a cara a la verdad última, o casi última, de la muerte de un ser querido. Su imagen me sigue viniendo a la mente cuando oigo algo relacionado con la crianza y pienso: “Sonia hubiera dicho esto”, o “hubiera hecho aquello”, o cuando veo algo de lo mucho que me gusta en Pinto y en lo que ella tuvo mucho que ver. 

Han pasado cuatro meses ya. Ella me enseñó los recovecos de la lactancia, lo sencillo y a la vez complejo  de una experiencia que al principio a muchas nos parece casi imposible. Mostrándome lo falso de esta creencia me abrió la puerta a una forma de vivir la maternidad que intuía, pero que aún no había hecho realidad.

La veo dando el pecho a su hija Erika, enseñándome cómo la lactancia puede ser parte de un mundo cotidiano y maravilloso –a mí, para la que todo lo relacionado con niños era prácticamente extraterrestre-. La veo hablando de lo importante que es la confianza en una misma para el establecimiento de esta forma de vínculo. La veo un mes antes de su muerte, hablándonos de su día a día, de sus preocupaciones, cuando nadie podía imaginar lo que vendría después.

Cuando sucedió Jota, mi compañero y padre de mis hijos, dijo: “Qué pena todas las madres e hijos que no la conocerán”. Y es cierto. Sonia no sólo fue un hito esencial en mi forma de vivir la maternidad, sino que también lo fue para muchas otras familias. Junto a Sara fundó esta asociación, Mamá Luna, y se lanzó a difundir todo lo que había aprendido en su propia maternidad con el mismo ímpetu con el que habitualmente defendía su otra pasión, el medio ambiente. Se trataba de una persona enormemente transformadora que dejaba huella allá donde pasara, y que provocó un gran impacto sobre muchísimas personas a lo largo de su vida.

Sus logros en el área del medio ambiente han sido muchos, y ya se ha hablado de ellos en otros artículos. Pero su corazón estaba puesto, sobre todo, en su maternidad, en sus propias hijas y, quiero pensar, en Mamá Luna por extensión.

A sus hijas quiero decirles que recuerden siempre a su madre como una persona que las amó con locura, y que fue  intensa, transformadora, noble y excepcional. No te olvidamos, Sonia, no podemos, no queremos. Descansa en paz.

Lorena

miércoles, 7 de agosto de 2013

Para ti





Un mes, cuatro semanas, treinta días… y no se cuántas las veces que he pensado en escribir algo sobre ti.  Lo de ido dejando porque al final siempre caía en la trampa, esa en la que solemos caer todos, cuándo nuestro cerebro decide recordar solamente lo mejor de las personas que han muerto, y al final los escritos suelen sonar falsos, aunque realmente no lo sean.

Hoy me vuelvo a sentar para escribir, esta vez, dispuesta a terminar lo que he empezado, pero no me sale nada sobre ti, solamente me apetece escribirte, y eso, precisamente, es lo que voy a hacer.  El pasado 28 de junio algo mío se marchó contigo, todo lo que juntas habíamos proyectado y que descansaba en un cajón a la espera de su momento, eso se ha ido contigo, y quizás algunas cosas se terminen realizando, pero ya no será lo mismo.

El resto, lo vivido, lo hablado, lo compartido, lo aprendido… eso se queda conmigo y eso es lo que hace que sigas viva.

Todavía recuerdo la primera vez que te acercaste a mí, estabas embarazadísima y las primeras palabras que me dijiste fueron: Tú eres doula, ¿verdad?

Hemos crecido en el mismo pueblo, asistido al mismo colegio, hemos tenido amigos comunes, e incluso hemos vivido en la misma calle. Jamás habíamos cruzado una sola palabra hasta ese día. La maternidad nos unió.

Ese fue el inicio de nuestra relación, después Mama Luna , (nunca os agradeceré bastante a Sara y a ti la oportunidad de pertenecer a este proyecto) tres mujeres diferentes en sus bagajes, iguales en sus intereses y que, pese a sus distintas personalidades, necesitaban poco para entenderse. 

Después las conversaciones sobre crianza, las charlas, las pequeñas quedadas entre prisas (siempre las prisas) de madres con un montón de cosas que hacer, las pequeñas confidencias…Y una de las experiencias más extrañas que he tenido en mi vida, que no se cómo calificar y que me hizo sentir tu dolor, lloré tu dolor, entendí tu dolor… fue increíble. Ese momento fue fundamental en nuestra relación.

A partir de ese momento te convertiste en parte de “mi tribu” 

Y la última conversación, por teléfono, que comenzó por un tema práctico y que nos llevó a un resumen rápido de lo que teníamos pendiente y lo último que te dije: Ya me contarás,Sonia…Hasta ahí. 

Después el horror de leer tu muerte, de tener que comunicarla, el miedo de no haber estado a la altura, la impotencia, el llanto, la despedida…

Siempre contabas, que aunque finalmente no me llamaste después del nacimiento de tu peque, te tranquilizaba saber que podías hacerlo en cualquier momento… Pues a mí me pasaba eso, podíamos pasar tiempo sin hablarnos, pero sabía que estabas ahí y que podríamos hacerlo en cualquier momento, que podríamos vernos… Ahora no, ya no…

Te echo de menos.
Olga.  


martes, 14 de mayo de 2013

Próxima Charla: Viernes 17 de Mayo en el Centro Miguel Ángel Blanco




Precio Charla:

Socias, gratuita. No socias 5 € por persona.
Cuota socia: 30 € anuales.

lunes, 18 de febrero de 2013

Cartel Próxima Charla GRATUÍTA



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