Charlas de Mamá Luna


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viernes, 28 de enero de 2011

Artículo sobre educación.

A través de AEMI he recordado este fantástico artículo de Gustavo Martín Garzo sobre educación.  Se publicó en el periódico El Pais en el  año 2008, pero creo que merece la pena recuperarlo.

martes, 18 de enero de 2011

Dolor y grietas en los pezones

Las grietas son heridas en los pezones. No siempre que hay dolor hay grietas.

¿Por qué salen las grietas?¿Se pueden prevenir?

Amamantar no produce dolor. Si alguna mamá siente dolor al amamantar, muy probablemente su hijo no está mamando correctamente.

El pecho está preparado para que el bebé mame. Las grietas salen al mamar sólo del pezón, en lugar de agarrar una buena porción de pecho, incluyendo además del pezón gran parte de la areola.
Al ser un problema “mecánico” es inútil intentar prevenir las grietas o heridas en los pezones durante el embarazo, ni con cremas, ni con masajes, ni con frotamientos. Y una vez que salen, no se curan con pomadas ni aerosoles.
Es frecuente que el bebé esté bien colocado y la posición sea correcta pero el bebé tenga un problema de falta de movilidad de la lengua: Frenillo corto o anquiloglosia.
Puede ayudar a cicatrizar el poner la propia leche, y el dejar los pechos aireados, pero por más que se haga esto, si no se corrige la posición o el problema mecánico de succión las grietas no se curarán.
Además mamar mal es ineficaz y puede ocasionar otros tipos de problemas como aumento de peso insuficiente.
Como la causa es una mala posición de la boca del bebé al mamar, la manera de curarlas es corregir la posición.

¿Qué otras cosas favorecen que se produzcan grietas?

El uso de chupetes o de biberones favorece la formación de grietas. Para chupar un chupete o una tetina, el bebé abre muy poquito la boca. Para mamar, los bebés han de abrir mucho la boca y coger una buena porción de pecho. Un bebé que recibe las dos cosas, corre el riesgo de confundirse y  coger el pecho sin abrir la boca suficiente, con el riesgo de grietas que esto conlleva.
Las pezoneras, pueden causar grietas por si solas, pues ocasionan una mala succión. Impiden en muchos casos que el bebé pueda coger más allá del pezón. Aunque las pezoneras se usan a veces para proteger el pezón de las grietas, estas pueden no solucionar el problema y traer otros, como por ejemplo una peor producción de leche.
Los discos absorbentes se usan para no manchar la ropa de las pérdidas de leche. Cómo son impermeables y retienen humedad hacen que el pecho no esté seco y que las grietas tarden más en curarse. Si tienes que usarlos hazlo lo mínimo imprescindible. En casa es mejor que no los lleves, puedes usar retales de tela de algodón y lavarlos a menudo.
Lavarse el pecho en cada toma hará que desaparezca la capa de protección natural que tiene. A todas las embarazadas les sale alrededor de la areola como unos puntitos abultados, se trata de las glándulas de Montgomery y excretan una sustancia sebácea que protege la piel de la areola y el pezón. Cada vez que lavamos el pecho nos llevamos esta protección. Con la ducha normal es suficiente.
Otra causa de grietas es intentar destapar la nariz del bebé mientras mama, realizando una pinza con los dedos o poniéndolos en forma de tijera. Todos los bebés nacen chatos, para poder mamar sin problemas. Un bebé que mama estando bien colocado, su madre apenas podrá ver por donde respira, pero alguien que se sitúe a su lado lo verá con facilidad: Por el huequito que queda entre el labio superior y la nariz. Si tu bebé no pudiera respirar se separaría del pecho para hacerlo.
Los signos de que tu bebé mama bien, a parte de que no duela, son que come más eficazmente, está menos tiempo mamando y suelta el pecho por sí mismo.

¿Cómo corregir la posición?

Descartadas otras posibles causas de dolor, si se trata uniccamente de corregir posición conviene saber que a veces hay que hacer más de una intentona. Si tu hijo está hambriento se pondrá nervioso y si hay que separarlo probablemente se enfadará, por eso es mejor que comiences a probar antes de que tenga mucha hambre.
Si ya tienes grietas te costará afrontar cada toma y probablemente la tensión de tus hombros y brazos te impedirá encontrar una buena posición. Intenta encontrar la confianza en ti misma de que puedes solucionarlo. Respira varias veces antes de empezar y recuerda que cuando tu hijo esté bien agarrado no te dolerá sólo tendrás ligera  molestia, no dolor, mientras las grietas acaban de curar.
Puedes probar el agarre espontáneo de tu bebé. O puedes intentar conseguir una toma indolora de un modo más activo:
Agarre asimétrico para conseguir una toma indolora:
Quiere decir que el bebé toma el pecho de modo asimétrico tomando más porción de areola de debajo que no de arriba.
Estando sentada, coloca a tu hijo para mamar, de manera que sea el niño el que vaya hacia el pecho, no el pecho hacia el niño.

Si tus pezones miran al frente puedes colocarlo con su ombligo tocando tu barriga, si miran hacia abajo su ombligo no ha de ir pegado a tu cuerpo, sinó hacia arriba, siguiendo el eje de la dirección que toma tu pecho y tu pezón. Es mejor que su  cabeza esté apoyada en mitad del antebrazo (no en el hueco del codo), no le cojas del culo, por que entonces lo tiras hacia el codo. Tu mano del lado del pecho que vas a darle sujeta al bebé por mitad de la espalda. Es importante que su cuello esté libre para poder echar la cabeza hacia atrás.
Es buena idea que alces tus pies con un taburete, de manera que el bebé descansando sobre tus piernas, su boca le quede enfrente del pezón.
Sin mover ni tocar el pecho, el pezón quedará apuntando entre el labio superior y la nariz y su labio inferior apoyado en la parte inferior de la areola.
Entonces roza su nariz con el pezón, y esto provocará que abra la boca muy grande, como para bostezar. No te lo pienses dos veces y con un gesto rápido de tu antebrazo, empújalo hacia ti haciendo rodar al mismo tiempo el pecho dentro de su boca.

Afloja tus hombros, y estate atenta a ver que notas, si el bebé ha podido coger bien el pecho, tu pezón le quedará situado al fondo del paladar, casi tocando la campanilla, y de esta manera, la presión la hará donde acaba la areola, y no volverá a dañar tu pezón.
Sabrás que está bien colocado por que no te dolerá, ese será el control de calidad.
Si lo pones al pecho y duele, retíralo y vuelve a empezar, no le dejes mamar hasta que no duela.
Para retirarlo, introduce un dedo dentro de su boca, por la comisura, para romper el vacío, no debes tirar del pecho, te hará más daño.
A veces duele las primeras 2 o 3 succiones, pues necesitan eso, para hacer la ventosa o vacío suficiente para que el pezón quede en el lugar adecuado de su boca.
Posición acostada:
La mamá ha de estar completamente de lado, con dos o 3 cojines debajo de la cabeza, uno entre las rodillas, y alguno de apoyo en la espalda.
El bebé ha de estar también completamente de lado, y su cabecita descansar sobre la cama, no sobre el brazo. El brazo de la mamá estará doblado hacia su cabeza.
Cuando esté a punto de cogerse al pecho, su boquita ha de quedar situada entre el labio superior y la nariz. Cuando el pezón le roce la nariz, el niño instintivamente tirará la cabeza ligeramente hacia atrás, y abrirá la boca. Es el momento de acercarlo rápida y decididamente hacia la madre, empujándolo por la parte alta de la espalda.
Lo mismo que antes, si mama bien no ha de doler.
Si mama correctamente, ya puede estar todo el rato que quiera, que no te va a lesionar, y las heridas que tienes se curaran en pocos días como una herida normal.

Tomado de "Alba Lactancia"

Problemas en la lactancia: frenillo sublingual corto (anquiloglosia)

¿Qué es el frenillo sublingual?

El frenillo sublingual se define como una membrana mucosa situada bajo la lengua. Si dificulta o impide el movimiento normal de ésta, se dice que hay anquiloglosia o frenillo sublingual corto.
El frenillo sublingual se halla en la cara posterior de la lengua. Forma parte la mucosa oral y se halla poco vascularizado e inervado, por lo que si es necesario cortarlo ofrece poca resistencia, apenas sangra y no duele.
El frenillo puede ser flexible o inflexible, de tejido blando o fibroso, largo o corto, lo que influirá en el grado de restricción de los movimientos linguales. Asimismo, el punto de inserción del frenillo en la lengua puede variar considerablemente (posterior o anterior).

¿Por qué parece de pronto que hay tantos niños con frenillo corto?

Antiguamente se diagnosticaba y remediaba la anquiloglosia nada más nacer el niño, y durante siglos las comadronas se han encargado de cortar los frenillos, pero a mediados del siglo XX la lactancia materna perdió popularidad y la frenotomía de rutina dejó de ser habitual, pues cuando había dificultades la solución era suspender la lactancia materna e iniciar la administración de leche artificial.
Ya en el siglo XXI, la conciencia de la superioridad de la lactancia materna y el aumento del interés por todo lo relacionado con ésta han vuelto a poner de actualidad los problemas derivados de un frenillo sublingual corto y la búsqueda de soluciones a los mismos.

¿Tan importante es?

La movilidad de la lengua es de vital importancia para la buena marcha de la lactancia, y para que ésta resulte placentera para la madre y efectiva para el niño.
Puede ocurrir que el bebé tenga frenillo corto pero que esta circunstancia no le cause problemas a él ni a su madre, gracias a la capacidad de adaptación del pecho materno y a la propia fisiología de la glándula mamaria. Si un niño crece y aumenta de peso correctamente, y su madre tampoco siente dolor al amamantar, no es necesario realizar intervención alguna, salvo que se quieran prevenir otros posibles problemas futuros (recordemos que la lengua no sólo es importante para mamar, sino que influye de manera decisiva en el desarrollo de toda la cavidad oral, por lo que repercute en la dentición, el habla, la respiración y puede incluso determinar la propensión a sufrir problemas como otitis, sinusitis, etc).
Los bebés deben realizar una compleja coreografía con la lengua para:
  • Obtener una buena y efectiva transferencia de leche.
  • No dañar el pezón.
Hay cuatro movimientos principales que la lengua del niño debe realizar:
Extensión: acción de sacar la lengua hasta cubrir la encía inferior con la lengua  y mantenerla en esta postura mientras dura la toma.
Elevación: acción de alzar la lengua hacia el paladar para comprimir la areola y poder así "ordeñar" el pecho.
Latarelización: la habilidad de mover la lengua a ambos lados de la boca.
Peristaltismo: movimiento ondulante de la lengua que permite llevar la leche hacia la faringe para ser deglutida.
La anquiloglosia puede impedir o restringir estos movimientos, dificultando o imposibilitando un buen agarre del niño al pecho, lo que a su vez puede hacer que la transferencia de leche sea insuficiente. El niño con anquiloglosia realiza movimientos compensatorios de succión para evitar que el pezón se le escape de la boca (uno de los más habituales es comprimir el pezón con la encía inferior), que a su vez provocan traumatismos de grado variable en la mama.

¿Qué problemas puede ocasionar el frenillo corto?

En la mayoría de los casos, la anquiloglosia perjudica tanto a la madre como al bebé.
Para la madre, el mayor inconveniente de dar de mamar a un niño con frenillo corto es el dolor: se producen grietas por la fricción a la que se ve sometido el pezón, infecciones bacterianas causadas por un mal drenaje de los conductos y favorecidas por la presencia de las grietas, isquemias por la compresión del pezón contra el paladar. Todo ello hace que la experiencia de dar el pecho resulte dolorosa y desagradable.
No todas las glándulas mamarias reaccionan del mismo modo ante una succión ineficaz. Hay  casos en los que la madre sufre falta de leche (hipogalactia) y hasta que se corta el frenillo o se estimula la producción (con el uso de un extractor, por ejemplo), la cantidad de leche producida es insuficiente. Por el contrario, hay madres cuyas glándulas mamarias parecen querer compensar el problema disparando la producción, lo que hace que padezcan ingurgitaciones constantes y subidas de leche entre tomas.
Además, las tomas pueden ser interminables, ya que los bebés con anquiloglosia no sueltan el pecho por sí mismos y suelen mostrarse llorosos e irritables. La madre se siente cansada y frustrada, lo que puede conducir al abandono precoz de la lactancia, incluso por parte de madres muy motivadas.
En otras ocasiones, la succión no es dolorosa pero si inefectiva. Para la madre esto resulta desconcertante, ya que el niño mama aparentemente bien pero se muestra muy demandante y no gana suficiente peso.  Estas madres pueden llegar a pensar que su leche no es buena o que no son capaces de producir suficiente cantidad, cuando en realidad el problema es otro.
Para los bebés, las consecuencias de un frenillo corto pueden variar mucho, y aunque a corto plazo pueden afectar negativamente a la lactancia, a medio y largo plazo causan también otros trastornos.
Hay niños con anquiloglosia que no aumentan de peso debido a la succión ineficaz, que se traduce en una escasa producción de leche. Otros aumentan con normalidad o de manera espectacular.
La glándula mamaria actúa a menudo de forma compensatoria. Ante un bebé que mama de forma ineficaz o caótica, puede reaccionar fabricando mucha leche y dando lugar a una producción excesiva (hipergalactia). Cuando esto ocurre, los bebés toman mucha leche de inicio, más rica en lactosa, lo que la hace difícil de digerir y puede dar lugar a deposiciones verdes, malolientes y explosivas, muy diferentes de las deposiciones típicas del lactante amamantado, que son de color mostaza y con un olor dulzón que recuerda al del yogur.
Este exceso de lactosa también los hace más propensos a sufrir regurgitación, puesto que deben tomar más volumen de leche para obtener las mismas calorías que recibirían si mamaran de forma eficaz, y molestias  intestinales (gases, cólicos).
Al nacer, todos los bebés tienen el paladar alto y cerrado, pero a medida que la lengua se mueve eficazmente en la cavidad oral, éste se va abriendo y descendiendo. Si la lengua no tiene capacidad de elevación debido a un frenillo corto, este cambio no se produce, lo que afecta a toda la estructura maxilofacial.
Al quedar el paladar más elevado, las coanas (aberturas posteriores de las fosas nasales) ven reducido su diámetro, lo que hace que los bebés con frenillo corto respiren más por la boca que por la nariz, duerman con la boca abierta y ronquen durante el sueño. Los problemas respiratorios se deben a la entrada de aire a los pulmones directamente por la boca. Ese aire no es filtrado por las fosas nasales, lo que facilita la entrada de partículas dañinas. Y es más frío, lo que les  predispone a sufrir bronquitis y neumonías. También son propensos a sufrir otitis, debido a un mal drenaje de  la trompa de Eustaquio. Asimismo, hay estudios que relacionan la anquiloglosia con una mayor incidencia de las apneas del sueño.
La maloclusión dental es otro problema derivado de la anquiloglosia y se manifiesta cuando empiezan a salir los dientes. Éstos pueden nacer desplazados o encabalgarse, lo que unido a la deformación del paladar  puede requerir costosas intervenciones odontológicas.
Cuando los niños con anquiloglosia crecen, surgen problemas logopédicos (dislalias o trastornos de articulación fonética) en la pronunciación de las consonantes /r/, /rr/, /l/, /t/, /d/, /n/, /s/ y /z/.
Por último, la anquiloglosia es responsable asimismo de problemas de tipo social que no por leves dejan de afectar la calidad de vida de quien los sufre: las personas con frenillo corto no pueden hacer cosas tan sencillas como lamer un helado o besar con la lengua.
¿Cómo se diagnostica la anquiloglosia?
Hay que evaluar el grado de movilidad de la lengua, incluida la capacidad de la misma para extenderse más allá del labio inferior, elevarse hasta el paladar estando la boca bien abierta y efectuar movimientos transversales de una comisura de la boca a la otra sin necesidad de deformarse (lateralización). La elevación parece ser el movimiento lingual que más influye en la lactancia, por lo que debería pesar más que los demás parámetros a la hora de evaluar la anquiloglosia.

¿Hay varios grados de anquiloglosia?

A grosso modo, podemos decir que existen dos grandes grupos diferenciados: los frenillos anteriores y los posteriores. Los primeros, que representan el 75% de la incidencia de anquiloglosia, se observan a simple vista y son fáciles de diagnosticar y tratar mediante frenotomía. Los segundos pueden pasar inadvertidos y requieren una intervención más compleja denominada frenuloplastia.
Frenillos anteriores
Tipo 1: la lengua tiene forma de corazón y presenta una funcionalidad muy restringida. El frenillo, que se inserta en la punta de la lengua, se observa a simple vista.

Tipo 2: el frenillo se inserta más atrás que en el tipo 1, a una distancia de entre 2 y 4 mm respecto de la punta de la lengua. También puede restringir considerablemente la elevación y extensión de la lengua, que se presenta plana o ligeramente combada.








Tipo 4 o frenillo oculto: el frenillo como tal no se aprecia a simple vista, ya que se halla oculto bajo una capa de tejido mucoso, y restringe casi totalmente la movilidad de la lengua, por lo que ésta se halla muy anclada al suelo de la boca y puede presentar un aspecto compacto. El movimiento de la lengua suele ser asimétrico. A menudo, se aprecia un paladar ojival o estrecho, consecuencia directa de la escasa movilidad de la lengua.

¿Qué son los movimientos compensatorios?

Son recursos que desarrollan los niños para ayudarse a mamar y contrarrestar las dificultades que les causa el frenillo corto:
  • Sellan el pecho ejerciendo una presión excesiva con los labios, lo que les causa ampollas labiales, sobre todo en el labio superior.      
  • Comprimen la encía contra el pezón y causan traumatismos y mal drenaje, lo que a su vez favorece la aparición de infecciones.
  • Maman abriendo poco la boca para evitar que el pezón se les escape, lo que causa mala transferencia de leche y mal drenaje de la mama, lo que puede ocasionar dolor e infecciones a la madre (mastitis).

¿Qué hacer cuando hay problemas con la lactancia y al bebé se le diagnostica una anquiloglosia?

Dependerá de cada familia. Algunas decidirán rápidamente realizar una intervención quirúrgica (frenotomía o frenuloplastia) para solucionar las dificultades con la lactancia y prevenir posibles problemas futuros, mientras que otras preferirán no intervenir y buscar alternativas. También habrá quienes prefieran probar medidas paliativas antes de decidirse por una intervención quirúrgica.

¿Hay otras soluciones para mantener la lactancia sin tener que realizar una frenotomía?

Lo primero es intentar optimizar la colocación del niño al pecho, de tal modo que gran parte de la areola entre dentro de la boca de éste, facilitando así la transferencia de leche y evitando a la madre el dolor causado por la presión que realizan las encías.

El agarre palmar del pecho ayuda  a controlar la mandíbula del niño. La postura "a caballito", en la que el niño mama sentado a horcajadas sobre el muslo de la madre, puede contribuir a minimizar las molestias de ésta y a hacer más efectivas las tomas.        
También hay niños encuentran una postura efectiva cuando se les deja buscar y cogerse al pecho de forma espontánea, sin dirigir ni controlar sus movimientos. Es lo que se conoce como afianzamiento espontáneo.
Algunas madres encuentran alivio utilizando pezoneras finas de látex, que no interfieren en la producción de leche y a veces ayudan a soportar el dolor. A los bebés la pezonera les permite un mayor afianzamiento del pezón dentro de su boca.
En el caso de los bebés con escasa ganancia de peso, hay que iniciar suplementación, a ser posible con leche materna.
Si existe hipogalactia asociada, habrá que estimular la producción de leche utilizando un buen extractor.
En todos los casos, es muy recomendable practicar la compresión mamaria, VÍNCULO A COMPRESIÓN MAMARIA para acortar las tomas dolorosas y hacerlas más efectivas.

¿Qué es y cómo se hace una frenotomía?

Se trata del procedimiento quirúrgico por el que se secciona el frenillo sublingual. Es una técnica sencilla que se realiza en pocos segundos. Hay cirujanos que optan por aplicar anestesia tópica antes de hacer una frenotomía, pero en la mayoría de casos no es necesario, puesto que, como se ha dicho ya, es una zona poco inervada y que apenas tiene sensibilidad.
Antes de proceder al corte, el cirujano elevará la lengua del bebé con un retractor acanalado que le permitirá visualizar el frenillo. El corte se lleva a cabo con tijeras quirúrgicas.
A veces se produce un ligero sangrado sin mayor trascendencia, que se detiene simplemente comprimiendo la zona con una gasa. Una vez realizada la frenotomía, el bebé es colocado al pecho enseguida para reanudar la lactancia.
Conviene advertir que la frenotomía puede no solucionar de inmediato los problemas de lactancia. Pese a que la mayoría de madres notan una mejoría al instante, en otros casos puede ser necesario realizar ejercicios específicos de fisioterapia de la succión y tener paciencia hasta que el niño aprenda a mamar moviendo la lengua de manera correcta.

¿Qué es y cómo se hace una frenuloplastia?

En el caso de los frenillos posteriores (tipos 3 y 4), la frenotomía puede no ser suficiente, puesto que hay que liberar la lengua totalmente del suelo de la boca. Las intervenciones que se realizan en este caso se denominan frenuloplastias  o  z-plastias.
Estos procedimientos son algo más complejos que las frenotomías, no se pueden realizar de forma ambulatoria y requieren anestesia o sedación, por lo que deben realizarlos profesionales especializados en quirófano.
Frenillos posteriores
Tipo 3: este tipo de frenillo podría definirse como una combinación de los tipos 2 y 4, puesto que existe una pequeña membrana visible en la cara posterior de la lengua pero también un anclaje submucoso, por lo que no basta con seccionar la membrana para liberar la lengua del suelo de la boca. Este tipo de frenillo puede resultar difícil de observar a simple vista,  pero basta pasar un dedo de lado a lado bajo la lengua en reposo del bebé para advertir su presencia. La lengua puede presentar un aspecto normal y realizar el movimiento de extensión con relativa facilidad, pero al hacerlo se combará por la periferia y se deprimirá en el centro, y el bebé no podrá elevarla hasta tocar el paladar con la boca totalmente abierta. En función del grosor y fibrosidad del componente submucoso, la lengua también puede presentar un aspecto apelotonado y compacto.

lunes, 17 de enero de 2011

Doulas

Este mes en la Revista Uakix dedican un monográfico a las Doulas.  Encontraréis gran variedad de artículos que os ayudarán a conocer mejor esta figura.
 



martes, 4 de enero de 2011

Las Hijas de Hirkani: un libro sobre trabajar y amamantar

Las-hijas-de-Hirkani
La Liga de la Leche Internacional, organización dedicada a la promoción de la lactancia materna, ha editado un libro muy bonito. Se titula Las Hijas de Hirkani: Mujeres que escalaron montañas modernas para combinar la lactancia materna y el trabajo. Para comprender un poco mejor de qué va el libro, tenemos que comenzar por hablar de Hirkani, un antiguo cuento de la India.
Hirkani era una mujer que trabajaba como distribuidora de leche y madre de un bebé al que amamantaba. Su historia, que se encuentra explicada en el libro, sucedió hace 400 años en las montañas de la India, pero es muy similar a las historias cotidianas que viven muchas madres trabajadoras que dan el pecho a sus hijos hoy en día. El bello relato del cual es protagonista se traslada a las mujeres actuales para hablar de las dificultades que atraviesan la madres que trabajan fuera de casa y eligen seguir amamantando a sus hijos.

El libro recopila algunas historias de mujeres trabajadoras lactantes de Latinoamérica y España que sirven de estímulo para muchas madres.
En sus páginas se puede además encontrar información y consejos prácticos sobre cómo compatibilizar la lactancia materna y el trabajo, a propósito de lo cual pienso que las empresas deberían ofrecer muchas más facilidades.
Lo más interesante es que el libro se puede descargar gratuitamente en formato pdf: http://www.llli.org/docs/spanish/HD_SP_all3_08.pdf
Desde luego, una lectura muy recomendable que ayudará a las madres que atraviesan por ese trance.

Eduard Punset: "La crianza y el bienestar de la sociedad": el abandono del bebé en la cuna es comparable al desamor en el adulto.

Eduard Punset es un divulgador científico, escritor español de gran prestigio que colabora en varios medios de comunicación.
Ya nos explicó cómo el abandono del bebé en la cuna es comparable al desamor de los adultos.
En este artículo breve: “¿Hay forma de mejorar el bienestar?” explica cuatro ideas que tendrían un impacto sobre el bienestar de la gente sin estrategias complicadas ni grandes inversiones económicas.
Simplemente “aprovechando lo que ya sabemos y sin perderse por las ramas”. Son:
1. Crianza
2. Dejar de contaminar los pozos acuíferos mediante purines
3. Evitar la contaminación acústica
4. Eliminar la publicidad engañosa

Éstas son sus sabias palabras sobre cómo criar a los hijos:
“Hay que querer a los hijos incondicionalmente. Se trata de uno de los descubrimientos más recientes e impactantes de los mecanismos afectivos. La manera más expeditiva de poner remedio a tanto desgobierno sentimental y a la depredación afectiva consiste, precisamente, en aceptar de una vez por todas que sin amor incondicional no hay proceso de aprendizaje posible. No hace falta descubrir la pólvora y dar con la mezcla ideal de recompensa y castigo para el aprendizaje. Querer a los hijos incondicionalmente no significa querer todos sus actos, sino hacerles sentir que existe un lugar, su hogar, donde son amados y protegidos por lo que son intrínsecamente. Verá como todo empieza a funcionar de una manera distinta.”
¡Parece una obviedad pero no lo es!
No sólo no hay amor incondicional en los miles de padres que abusan de sus hijos, tampoco lo hay en los millones de padres pacíficos que amamos a veces más nuestra propia comodidad, la disciplina y ciertas normas sociales que a nuestros hijos.
¿Por qué creeis que San Agustín dijo: “dadme otras madres y cambiaré el mundo“? En la crianza con amor incondicional está el gran cambio de la Humanidad.
¡Que así sea!
El peculiar científico Eduard Punset acaba de lanzar su último libro El viaje al amor, en el que habla de la importancia del amor de los padres hacia el hijo durante los primeros años de vida.
Según Punset, el amor que brindamos a nuestros hijos en edades tempranas determina su amor adulto y su forma de encarar las relaciones afectivas en el futuro.
En su ensayo sobre el amor dedica una parte especial a la infancia, ya que dice, y coincido plenamente con él en ese sentido, que el amor adulto se fragua en el entorno maternal en ese período de la vida.
Para quienes crean que al bebé no le pasa nada por dejarlo llorar en la cuna, las palabras del científico les sorprenderán.
Dice que está demostrado que el bebé abandonado en la cuna, desamparado en la oscuridad siente la misma desprotección y utiliza los mismos mecanismos cerebrales que el adulto frente al desamor.
A lo mejor los adultos podemos recordar ese enorme vacío que produce el desamor para comprender al bebé que nos reclama insistentemente en la cuna.
No acudir a atenderlo podría tener consecuencias más graves de lo que creemos, pues como comenta Punset en su libro, si el bebé recibe amor y contacto táctil con los padres durante los dos primeros años de vida crece con mayor confianza en sí mismo y genera una autoestima que le acompañará durante el resto de su vida.

sábado, 1 de enero de 2011

Declaración Innocenti UNICEF

Ésta es la declaración Innocenti, promovida por UNICEF, para la protección de los niños. Fue hecha en 2005. Aunque parezca mentira,casi todo el mundo está de acuerdo en que la lactancia materna es importante, pero no todos saben hasta qué punto es vital. Leedlo y divulgadlo.

http://www.paho.org/spanish/ad/fch/nu/innocenti_spa_05.pdf